domingo, 22 de mayo de 2011

UN MUSICO - JOE MADRID

 


De una distinguida familia cartagenera proviene José Fernando Madrid Merlano. A diferencia de sus hermanos Luis (Arzobispo de Pamplona) y Cristóbal (importante abogado que ejerce en Bogotá), José Fernando escogió como profesión la música desde muy temprana edad.

Su primer instrumento en el colegio fue el acordeón y luego pasó al piano. Terminando el bachillerato, ingresó como pianista al grupo de intermedio en La Cashba, el club nocturno más elegante de Bogotá, donde a su vez Armando Manrique era el pianista de la orquesta.

Siguiendo el dictamen según el cual “Dios los cría y ellos se juntan”, se armó de un cuarteto de jazz donde José tocaba el contrabajo, Armando Manrique el piano, Germán Chavarriaga la batería  y Julio Arnedo el saxo tenor, para un ciclo de conciertos en el Centro Colombo Americano. Allí los escuchó el dueño del Restaurante Waldorf,  y los contrató durante una temporada.

Por esa misma época, en 1965, se organizó la orquesta Cumbia Colombia para hacer una gira por los Estados Unidos. Fueron escogidos, entre otros, José Madrid como bajista, Plinio Córdoba como baterista y Justo Almario como saxofonista. Aunque la gira no produjo los resultados económicos esperados, fue un vehículo oportuno a través del cual Madrid y Almario se instalaron en Nueva York y al poco tiempo se vincularon a la orquesta de Mongo Santamaría. En ese momento José Fernando Madrid Merlano pasó a ser “el Joe Madrid”.  Tocando el piano en la orquesta de jazz latino más importante de Nueva York, recorrió los escenarios de los más prestigiosos festivales de Estados Unidos y Europa.

Con su enorme talento musical, comenzó a escribir arreglos para Mongo y muchas otras orquestas del género. Pronto se convirtió en uno de los arreglistas más solicitados de la gran manzana. Con el surgimiento de la Fania All Stars, la música latina hecha en Nueva York adquirió proporciones globales, y todas las estrellas de la Fania tuvieron que ver con Joe.

Su compadre Eddie Palmieri, cada vez que venía a Bogotá, sostenía interminables e insomnes sesiones en el apartamento de Joe, de las que debía ser sustraído a la fuerza por su manager para no perder el vuelo de regreso. Ray Barretto, para quien hizo arreglos y tocó el piano en muchas de sus producciones, tuvo un especial gusto por los pianistas colombianos: Madrid, Edy Martínez y Héctor Martignon, quienes fueron pianistas y arreglistas de su orquesta. Larry Harlow apreciaba y admiraba incondicionalmente al “Loco Madrid”. Estos vínculos de amistad y colegaje permitieron que, por recomendación de Joe, Francisco Zumaqué escribiera y dirigiera la grabación del tema “Semilla de Amor”, incluido en el disco Latin Connection de la Fania All Stars. Fue la última grabación de Héctor Lavoe con la Fania.

Después de pasar once años en el exterior, inmerso entre partituras, clubes, estudios de grabación y festivales, Joe regresó a Bogotá en 1976. Inmediatamente comenzó a frecuentar los lugares donde se tocaba jazz: Hippocampus y Doña Bárbara. Allí se relacionó con personajes que dirigían empresas de discos, programadoras de televisión y agencias de publicidad, quienes eran clientes habituales de estos lugares.

Philips Colombia lo contrató para producir cuatro discos de salsa con el sello Polydor, RTI Televisión  le dio la dirección musical del programa “Compre la Orquesta” y Alan Kitson, director creativo de Atlas Publicidad, lo puso a la cabeza de los productores de jingles. En medio de esta frenética actividad  con la música comercial, Joe sacaba tiempo en las noches para hacer lo que más le gustaba. Tocó en el Café del Jazz con Kent Biswell, Memo Urbano y Germán Chavarriaga, en el Jazz Bar con Armando Escobar y Javier Aguilera y, años después, ya alejado de los compromisos comerciales, con su propio trío de jazz (que incluyó a Germán Chavarriaga en la batería y los bajistas Fabio Gómez y Saúl Suárez).

De su ejercicio jazzístico, en el cual están presentes las influencias de Bill Evans y Horace Silver, sólo quedaron grabados algunos temas en estudio y los videos de programas de televisión que afortunadamente podemos ver en Youtube. También allí podemos encontrar a la Colombia All Stars, hermoso documento en blanco y negro, que produjo Jimmy Salcedo en  1976: con los arreglos de Joe, las voces de Joe Arroyo, Piper Pimienta, Wilson Saoco, Juan Piña y Jairo Likasale y todas las estrellas de la salsa colombiana, incluyendo a Fruko en el bajo, pudimos disfrutar de la versión criolla de la Fania All Stars.

Dadas sus condiciones de inteligencia excepcional, Joe logró vivir la vida a su manera. Poseía un repentismo brillante para sortear situaciones apremiantes, un humor negro sorprendente y un absoluto desprendimiento de los bienes materiales que le permitió, por ejemplo, abandonar para siempre un Mercedes Benz que se varó en una carretera.

El legado musical de Joe lo recibieron músicos colombianos de cuatro generaciones. Desde los salseros, que en los 70 se sorprendieron con su sonido neoyorquino, pasando por casi todos los jazzistas que durante 30 años ha producido Colombia, hasta los jóvenes músicos como Juan Carlos Padilla quien, en 2005, respetuosa e inteligentemente lo invitó a ser parte de sus producciones  musicales.

Doña Mercedes, su madre, lo exhortaba para que modificara sus hábitos de vida y así salvara su alma para ingresar al reino de los cielos, a lo cual Joe le contestaba: “¿Y yo para que quiero ir al cielo, si todos mis  amigos están en el infierno?”. Su hermano Cristóbal recuerda: “Las oraciones incansables de mi madre dieron su fruto pues, el día antes de su muerte,  le dijo a mi hermano sacerdote que quería confesarse con él”.

Joe Madrid falleció el 24 de diciembre de 2005. Donde quiera que esté, los músicos colombianos celebran el ingenio de su paso por el planeta tierra.

Fuente: JAZZ EN BOGOTA
SECRETARÍA DE CULTURA, RECREACIÓN Y DEPORTE 
INSTITUTO DISTRITAL DE PATRIMONIO CULTURAL
ORQUESTA FILARMÓNICA DE BOGOTÁ
Juan Carlos Garay Acevedo
Coordinación Editorial
2010 ©
Instituto Distrital de Patrimonio Cultural-Orquesta Filarmónica de Bogotá

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