domingo, 9 de octubre de 2011

CRONICA - EVOCANDO BARES




NESTOR CRISTANCHO


En esta época ando revisando cosas bellas del ayer. Recuerdo con frecuencia las noches de salsa. Me acuerdo de la calle 19 en Bogotá, donde los ‘vaporinos’ o vendedores de acetatos de contrabando tenían la joya más reciente de un tipo que le pegaba durísimo a las congas…

Recuerdo a Jacobo, sin duda el más abnegado vendedor de salsa, quien terminó montando un negocio en Barranquilla para escapársele a la mujer y quién se daba el tiempo para explicar que Nuestra Cosa Latina no era ninguna salsa sino que era un invento comercial, mientras sacaba un disco azul de la Fania y otro que pregonaba“cocinando suave…”

Bogotá era delirante a partir de las 11 de la noche en La Quinta, arriba de la plaza de toros La Santamaría, donde el viejo Goce Pagano con sus paredes altas resonaba con su especial fantasmal magia por Maelo, y cuando los montunos hacían eco mientras alguna entaconada marcaba la clave en su cadencia.

Entonces contaban, con mis 18 años y veterana de 26 al lado, que esos manes de Niche se juntaban a tocar en QuiebraCanto y en HonkaMonka, donde se chismografiaba sobre la hermana de Alexis Lozano y Jairo Varela. Uno se abrió para crear Guayacán. El otro, durante siete años, tuvo luz suficiente para inventarse un inolvidable Grupo Niche…

Luego fueron los seminarios de César Pagano, el paisa que creó el Goce Pagano con un par de amigos, donde pontificaba bastante hasta mal hablar de Ruben Blades, porque el maestro panameño alguna vez se jactó de su ego. Uno salía de la charla con ínfulas de erudito, pero bastaba con pararse en una esquina de Nutabes para volver a amar a Rubencito…

La era de la radio fue mágica. Primero fue divina cuando escuché a mis tíos, Jaime y William, los mismos que se encargaron de hacerme amar la salsa cuando olvidaron cuatro o cinco discos de 45 revoluciones en mi casa: “Ah, ah, oh, no”, “Las esquinas son” “Panameña” y “Por la maceta".

Fue tal vez la última vez que los vi juntos, cuando salieron de mi casa en Suba, a las carreras, mareados por el aguardiente, corridos por mi vieja con esos desaires clásicos que alborotaban a mi papá.

Jaime y William hacían un programa en Todelar Radio, a mí me parecía mentira que esas voces que salían del aparatico fueran familia. Sin contemplaciones me tiraban con todo a la Fania y me explicaban qué era –a mí y al resto de la audiencia, pero yo me imaginaba engreído que era mío-. ¿Cómo no iba a amar a la salsa?

Lo primero que hice en mi vida de "periodista" fue seguir los pasos a mis tíos.

Estando todavía en la universidad me ofrecí de regalado a hacer el programa ‘La Salsa de Todelar’, aprovechando que el Guillo Monsalve acababa de dejar la estación por asuntos de billete.

Conocí a Fernando España, quién no solo era competencia radial sino qué, además, tenía el bar de salsa que amo: Sonfonía. Estaba dos carreras abajo de la Caracas, por la 58. ¡Tremenda salsa, noches y pasiones! Con Fernando haríamos hasta teatro juntos basados en nuestra pasión por la salsa. ¿Te acordás de ‘Fuga de sueños’, Fernando? ¿Teatro La Candelaria? ¡Casa llena para el homenaje a Héctor Lavoe!

Recuerdo que después de haber estado todo el día en la casa o en algún laburo, ya desde el jueves me picaba la calle, y comenzaba largas caminatas que me llevaban por toda la Avenida Séptima, haciendo paradas en La 45, Quiebracanto con Pedrito Manosalva.


“Todo suave” y Lalo metiendo etiquetas de contrabando.

¿Y qué? ¿Melodías?

Media cuadra más allá...

¿Y qué? ¿Anacaona?

Otras tres…

¿Y qué? ¿Sonfonias?

Con la luna bajando…

Me enamoré mil veces…
Me enamoré de las que bailaban solas…
Me enamoré de las que no se acordaban…
De las que todavía se acuerdan…
Me enamoré de amigos salseros…
Me enamoré de escritores salseros…
De Guillén y sus Bares…
De una paisa me enamoré…

Terminé en la salsa de Medellín, desde La 70 camino arriba San Juan, desde El Tibiri por Convergencia hasta Rumbantana…

Y ahora en New York sigo vagabundeando, buscando la salsa…

Aché salsero, del que aprendí en los 80s…

¡Nada más!

¡Aché!


El solar de los aburridos,
Texto: NC Desde 'La Cueva'
New York, Abril 29, 2009


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