Fernando España
Periodista, crítico y escritor
Miembro Salsa Global
Bogotá, Colombia
... con admiración se ha dicho y escrito que la persona pionera en la programación de salsa en la capital colombiana fue el locutor barranquillero Miguel Granados Arjona, al presentar en el año 1968, en Radio Continental del Circuito Todelar, el tema “Richie´s Jala Jala” -o sería otro- de Ricardo Ray y Bobby Cruz. Con respeto absoluto a su gesta diría que “El Viejo Mike” es el precursor del sonido del barrio neoyorquino, sin embargo, manifiestó con fe de carbonero que "no pudo haber sido el "primer comunicador" en programar un disco en Colombia con la denominada "música antillana”, que en los Estados Unidos recibía distintos nombres: conga, rumba y/o mambo respondiendo respectivamente a las épocas que antecedieron al periodo denominado Salsa, tan título como los anteriores. Vale aquí una investigación arqueológica sobre la real introducción radiofónica de las músicas caribeñas en Bogotá en consideración a las nuevas lecturas que goza el fenómeno salsero en el planeta.
Sería ingenuo desestimar que desde el año 1929, cuando se inaugura HJN, la primera radiodifusora en Bogotá, hasta ese año 1968, que ningún realizador radiofónico hubiera programado durante un periodo de tiempo de casi cuarenta años, en alguna de las veintitantas emisoras capitalinas, un acetato con siquiera un son del Trío Matamoros, una guaracha de la Sonora Matancera , una conga de Xavier Cugat, un mambo de Pérez Prado, un chachachá de la orquesta Aragón, una pachanga de Johnny Pacheco, una bomba de Cortijo y su Combo o un Jala Jala del Gran Combo de Puerto Rico. Y con certeza, cuando se sabe qué con anterioridad a 1968 actuaron grupos como el Trío Matamoros entre 1933 a 1934, conjuntos como la mencionada Sonora Matancera con sus “estrellas” -incluida Celia Cruz- en 1954, y orquestas de mambo como las dirigidas por Pérez Prado y Machito, que la sociedad "cachaca" conoció a través de la magia del cine mexicano y su Cine de Rumberas. Y con más certidumbre, cuando se comienza a visibilizar las memorias discográfica y corporal en materia “antillana” del sur bogotano. Por ahora, Los nombres de los verdaderos precursores es asunto de investigación, expresando que realmente el medio que introdujo masivamente la música cubana, base de la salsa, fue la poderosa e influyente industria cinematográfica mexicana. Luego si fue la radio, en personas como Granados Arjona o, quién lo haya antecedidó. Pudo ser el nombre de César Rosales, quién en Radio Estrella, desde 1953, innovaba con un espacio en homenaje a la Sonora Matancera.
Quizá el propio Granados Arjona lo manifieste, o de pronto, Pedro Juan Meléndez, quien en el foro “La Salsa en Barranquilla” relató como supo en 1958, estando en Bogotá, de Cortijo y su Combo. Me pregunto ¿cómo un locutor barranquillero, Meléndez, descubre en la centrica capital colombiana, en la lejanía de la cuenca Caribe, a 2600 metros sobre el nivel del mar, a la agrupación puertorriqueña de Rafael Cortijo? Un hombre de la radio conoce la música de Cortijo en Bogotá, no en Barranquilla. Un costeño colombiano, es decir un ser caribe como Meléndez, "se informa" de la existencia de uno de los precursores de la Salsa en el mundo en el altiplano cundinamarques, no por el puerto por donde ingresaban los discos que venían de Cuba, Puerto Rico o Nueva York. Interesante indicio sobre la escucha de "salsa" en la capital colombiana con anterioridad a 1968 de programación de la orquesta de Ricardo Ray. Basta observar los discos 14 Cañonazos publicados por Disco Fuentes para encontrar temas "salseros" y agrupaciones "salseras" antecesoras al sonido Nueva York. Esos élepes los vi en mi casa cuando era un niño.
Cuenta el músico Eddie Martínez -otro indicio-, que se definió por la salsa o en su defecto por el jazz latino, cuando escuchó tocar -asentado en Bogotá- las congas a Mongo Santamaría en un programa de la Radiodifusora Nacional de Colombia emitído desde los estudios del Instituto Nacional de Radio y Televisión de Colombia, Inravisión, en la capital. Con seguridad podría manifestar que esa sesión radial del pianista fue con anterioridad a su primera residencia en los Estados Unidos, país al cual arribaría a mediados de los sesenta. Es posible que el programador del percusionista cubano fuera Roberto Rodríguez Silva, quién en 1958 funda su espacio de jazz en la Radiodifusora Nacional de Colombia, franja horaria que trasladaría en 1960 a la emisora HJCK. Rodríguez Silva, además de ser experto en jazz, es un melómano que diversifica sus gustos musicales por los buenos aires de los Caribes sonoros insulares y urbanos.
Valga decir, qué para entonces, Granados Arjona ya emitía su programa “El Rincón Costeño”, en el cual, entre cumbias, gaitas, porros, fandangos, sones vallenatos, puyas y merengues programaba música cubana y otras prácticas sonoras del Caribe interpretadas por conjuntos y orquestas colombianas y “antillanas” como la orquesta Casino de La Playa y la Sonora Matancera. Su voz divulgó los nombres de Lucho Bermúdez -quién funda en Bogotá su Orquesta del Caribe-, Pacho Galán, Edmundo Arias, Pedro Laza, Julio Bovea, de Los Corraleros de Majagual y del "guarachero" Aníbal Velásquez. Algunos de estos nombres están comprometidos con la constitución de conjuntos de sonoras al estilo de la Sonora Matancera que posibilitan también el reconocimiento de la música cubana que induce a la salsa en Nueva York. Eran los tiempos de las grandes orquestas, Big Band, que animaban los auditorios de las emisoras básicas, para los cuales montaban obras de los libros musicales de Cuba, Puerto Rico y República Dominicana.
Ante el auge en desarrollo de la salsa neoyorquina, alrededor de 1972 (?) “El Viejo Mike” crea “El Show de Miguel Granados Arjona” qué, patrocinado luego por la discoteca "La Jirafa Roja ", se convertiría en el referente principal de los salseros bogotanos durante algo más de una década. Como bien comentó, aquí en Facebook, el político, actor y músico caleño Bruno Díaz: “¡Con cuánto agrado esperábamos su hora inmensa del medio día dominical! ¡Sí, era tan sólo una hora antillana a la semana, pero era una hora de sol en la nevera!”.
Como las audiencias salseras aumentaban en Bogotá y Colombia, las cadenas Caracol, RCN, Super y Sutatenza oportunamente se sumaron a Todelar para la producción de programas conteniendo salsa y música cubana. De la hora dominical se paso a la franja sabatina que comenzaba alrededor de las ocho de la noche extendiéndose generalmente hasta la hora veinticuatro. Era tan fervorosa la moda salsera que estos espacios temáticos se emitían a través de las emisoras básicas de las mencionadas e influyentes cadenas de radio colombianas. La noche de los sábados era de competencia en el dial, la salsa de entonces motivaba tal enfrentamiento radiofónico. Las organizaciones radiales se armaron de “expertos” para ganar sintonía coordinadas por el “master” en Bogotá, el cual moderaba el ingreso y salida de voces y audios desde Cali, Barranquilla y Medellín enlazadas con Cartagena, Santa Marta, Montería, Cúcuta, Bucaramanga, Manizales, Armenia, Pereira, Ibague, Neiva, Popayán y Pasto. ¡Tal como estructuralmente, en la actualidad, Caracol Radio produce el “Carrusel” deportivo dominical. ¡Fue la edad de oro de la radio salsera en Bogotá y Colombia!
Ante tal moda, no quedaba sino crear una emisora netamente salsera. Los radioescuchas bogotanos ya estaban familiarizados con los timbres, tonos, manera de presentar y los comentarios de Granados Arjona, Jaime Ortíz Alvear, Guillermo Monsalve Calderón, César Augusto Duque, Ley Martín, Iber Marino Cárdenas, Alberto Ávila, César Pagano y Hernán Peláez Restrepo, quién iniciándose la década de los ochenta sería uno de los líderes en la creación de la primera estación netamente salsera en Bogotá, Bienvenida Estéreo, cuando comenzaba a poblarse la frecuencia modulada, el F. M., en las ondas hertzianas criollas. Por los micrófonos de Bienvenida Estéreo pasaron las voces de Ortíz Alvear, Peláez Restrepo, Julio Sánchez Cristo, Carlos “El Gordo” Benjumea”, Martín, Iber Marino, Benjamín Cuello, entre otros locutores, especialmente extraídos de la radio deportiva, quienes animaban programas de salsa, música cubana, boleros y jazz latino con la "sapiencia" que sólo las caratulas de los acetatos podrían aportar así como la información que suministraban los vendedores de discos de la Avenida 19 y los músicos asistentes a la cafetería "Orines Hilton", vecinos y contiguos al edificio de Caracol Radio, que presentaba en vivo -al mediodía en el "Show de Hebert Castro"- a la orquesta del maestro panameño Marcos Gilkes. En ese cafetín era posible ver a los músicos nacidos en las costas, en su mayoría afrodescendientes que conformaron a la Colombia All Stars, a Joe Madrid y su Orquesta, Willie Salcedo y su Orquesta, Pantera y su Orquesta, a Washington y sus Latinos, al Grupo Niche y a Guayacán Orquesta, incluso a ensambles del recientemente fallecido Gabriel Rondón..
La historia de Bienvenida Estéreo como emisora con programación salsera fue breve, quienes la proyectaron insospechaban la crisis interna que padecía el monopolio Fania Records en Nueva York, golpeada definitivamente por el advenimiento de las bonanzas de la “salsa romántica” gestada por otras casas discográficas, del "merengue dominicano" encabezado por Wilfrido Vargas y los coqueteo primeros del "lloronato", la forma más vulgar de la música colombiana de acordeón. Los "expertos de Caracol Radio sólo eran apasionados gomosos de la salsa", sin experiencia alguna en la investigación y el conocimiento de la música como fenómeno sociocultural. Este aspecto, estimo fue el principal principal que determinó la fugacidad de la primera emisora salsera que tuvo Bogotá. Salsa "de la buena" se continúo produciendo en el mundo pero la gente de la radio comercial, principal impulsora del fenómeno, se durmió en los laureles o no tuvo el conocimiento, ni la curiosidad, por profundizar en la materia. Su mente estaba dominada por la inmediatez de los intereses de la "nueva" industria discográfica -incluso con interpretes locales- que desplazaba a Fania a la historia de la música. En realidad, les interesaba más el fútbol colombiano.
Comenzando los ochenta arriba a Bogotá la Organización Radial Olímpica, coincidiendo con la producción en desarrollo, en términos del marketing discográfico, de la salsa balada -romántica, erótica o "monga"- y el merengue dominicano. La promoción conjunta de estas casualidades temporales ubicarían en primerísimo lugar a Olímpica Estéreo, cuyo advenimiento en el F.M. alegraría la urbe de cinco millones de habitantes -aproximadamente un 15 % de sus residentes eran nativos de la Costa Atlántica-, consecuencia de una programación bien condimentada referenciada en la caribeña Barranquilla. Por entonces, la capital del Atlántico era una ciudad con predominio de la salsa y, lo mejor, qué miraba hacia el Caribe. Esa referencia optimista se percibía en la programación calídosa que comandaban "el costeño" Alberto Suárez y "el cachaco" César Augusto Jaimes, entre quienes se colaba "otro barranquillero" Mariano Candela, un "viejo conocido" de "El Goce Pagano" en el espacio "Los Veteranos de la Salsa ". Jaimes provenía de la Emisora Kennedy , una radioestación con una franja vespertina dedicada a la salsa dura qué en esos tiempos de sevicherias y acetatos, aún con primacía del A.M., se sintonizaba para prolongar las horas de salsa en el dial. Personalmente, goce como ningún otro esa programación que hoy añoro. ¡Qué falta que le hace a una ciudad como Bogotá una emisora como aquella Olímpica Estéreo! ¡Qué diferencia con la actual, plena de música de mal gusto y "chabacaneria", qué ofende al folclor vallenato, al optimismo del ser Caribe y, más bien, o más mal, alienta a una sociedad en crisis a profundizar en ella, sin salida alguna!
Horas que se complementaban con la programación general de Javeriana Estéreo, responsabilizada a Camilo de Mendoza por Jürgen Horlbeck, y la salsera que desde 1980 (ó 1984) programaba el barranquillero Luis "Moncho" Viñas, digámoslo así: "el primer comunicador social que ilustraría radiofónicamente la historia de la salsa desde su génesis hasta la modernidad" en un largometraje sonoro titulado "Caribe y Sol", emitido los viernes y sábado, casi qué en los mismos horarios actuales. En realidad, Viñas continuaba con la labor de profundizar con contenidos y "propuestas discográficas históricas, tradicionales, independientes o de vanguardia de frente al monopolio Fania" qué desde 1978 llevaban a cabo Ávila y Pagano en Radio Sutatenza. A ellos se sumaba ocasionalmente, pero en otras radioestaciones como en la misma Emisora Javeriana, Aguancha, quién presentaba música grabada desde la tradición, como el Septeto Nacional, a la contemporaneidad cubana, como Irakere. La radio universitaria tomaba el mando en la actualización salsera de los bogotanos, que infortunadamente termino reducido a una élite debido a la poca penetración y posicionamiento de la radio "cultural".
A medida que avanzaban los ochentas, la calidad de las programaciones radiales salseras retrocedía, con sus listados de éxitos, recurrentes y novedades, pre$ionada$ por la industria discográfica que a toda costa y payola influenciaba sobre las cadenas de radio y sus programadores con las consecuencias hoy padecidas que condujeron a hacer creer "qué la salsa se había acabado" y a numerosos "salseromatanceromelómanos" a refugiarse en el jazz latino negando con verguenza la salsa como concepto y género. Sin embargo, gracias a "Caribe y Sol" y a las otras franjas que Javeriana Estéreo destinaba a las músicas cubanas, jazz latino y salsa, se comprendía que la salsa no había muerto. En realidad, se comenzaba a entender que la radio "comercial" tenía, o tiene, intereses en contravia a los misionales de la radio cultural y/o universitaria (incluso a la música misma como arte). A esta pronto arribaría Pagano, quien inauguraría espacios en la Radiodifusora Nacional y en Javeriana Estéreo, cuando José Arteaga proyectaba su horario, "Salsa, Ritmo y Sabor" en la emisora de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, después de compartir temporalmente con Viñas los inicios de "Caribe y Sol" en Javeriana Estéreo.
Mientras tanto, Granados Arjona continuaba en la radio comercial produciendo sus diferentes programas, entre los que se destacaba su realización semanal dedicada exclusivamente a la Sonora Matancera , iniciativa sobre un legado del locutor Jorge Gómez Maldonado -otro pionero de la radio con programación antillana vinculado durante un tiempo a Radio Sutatenza- seguida también por William Vinasco Ch, ¡Una hora con la Sonora !, quién por entonces integraba "el circuito del pueblo colombiano" -ejemplo qué también continuaría por un tiempo el narrador Paché Andrade-. En simultánea se coreaba públicamente el nombre de Ortíz Alvear debido a su programa "Salsa con Estilo", que sería número uno en sintonía, en parte por ser transmitido por las poderosas emisoras de Caracol Radio, en parte por su popularidad como comentarista deportivo cómo por esa gracia que emanaba su personalidad carismática.
Luego, el tributo radial al "decano de los conjuntos cubanos" -locutado por "El Viejo Mike"- saltaría del Circuito Todelar y (¿Caracol Radio / Bienvenida Estéreo?) a Radio K, estación que se convertiría en la segunda emisora especializada en salsa en la capital, acompañando con relativo éxito durante algo más de una década a los salseros bogotanos, con una programación arraigada en los clásicos del son cubano, de la pachanga, del mambo, de Fania y de la salsa balada, un buen espectro pero sin coquetear siquiera con la contemporaneidad y la vanguardia salsera que potencialmente podría haberle significado una cierta continuidad, una selección integral consecuente con la propia salsa y, lo mejor, un lugar importante en la historia salsera capitalina. Radio K se guiaba por el concepto que "todo tiempo pasado en la salsa fue mejor"
Por Radio K también pasaría Granados Arjona animando las programaciones en un primer momento de John Jairo Mosquera Perea, Néstor "Chocolate Ruta Tres" Castro y posteriormente de Jorge "Chocolate Ruta Dos" Quintero y comenzaba a vislumbrarse Ismael Carreño. En Radio K se apearía también Monsalve Calderón luego de abandonar Todelar, donde pronto iniciaría labores Ávila teniendo como invitado a Pagano. Cuando La Z , emisora de la Cadena Todelar empezaba a ser programada por Álvaro "Chocolate" Quintero, quien luego fundaría su espacio "El Rincón Caliente" reduciendo la diferencia que en audiencia le llevaría a futuro Tropicana Estéreo, de Caracol Radio, dirigida por Jota Fernando Quintero, quién apuntado a una salsa con memoria y moda en Cali y qué combinada con "clásicos de la salsa balada y el merengue" ocuparía un primer lugar durante parte de los noventa, dejando en los anales del tiempo la era grata de Olímpica Estéreo, sumergida ya en el "malgusto cachaco" impuesto por las multinacionales discográficas controladas desde Miami.
Continuaremos.... porque en los noventa y buena parte de la década inicial del siglo XXI, “salseramente hablando” es de la radio cultural y / o universitaria, que vive para la salsa y el jazz latino su dorado, con programas como Del Songoro Cosongo al Son para un Sonero, Caribe y Sol, El Túnel del Ritmo, La Universidad de la Salsa (inicialmente De Rumba), El Tren Latino, Raza Latina (de Tropicana Estéreo), Caribeando y Por La Venas del Caribe. Espacios de gran factura, contenido criterioso y vanguardia en programación musical, en donde sobresaldrían los nombres de César Pagano, José Arteaga, Moncho Viñas, Ángel Perea, Jaime Rodríguez, Omar Antonio Barrera, Lucho “Bilongo” Hernández, Ismael Carreño, Gary Domínguez, Fernando Solórzano, Jorge A. Sánchez, Manuel Durango, Oliverio Caldas y quién suscribe este borrador.
Ahora, son los tiempos de La Z como emisora "salsera".
Continuaremos...
Ahora, son los tiempos de La Z como emisora "salsera".
Continuaremos...
PARA RECORDAR QUE EL PRIMER PROGRAMADOR DE RADIO K ,FUE JOHN JAIRO MOSQUERA PEREA "CONDOTO"
ResponderEliminarHace mucha falta la salsómana de Todelar LA Z..
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