domingo, 29 de enero de 2012

ANALISIS - Y, ¿LA SALSA BOGOTANA QUE?




Jaime Rodríguez
Músico, fundador y director La Conmoción
Programador Javeriana Estéreo
Miembro Salsa Global
Bogotá, Colombia

Corría la segunda mitad del año 2006 y en Bogotá ocurrió un hecho poco usual dentro de la escena salsera capitalina, cerca de una docena de orquestas locales se presentaron en el teatro de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño durante varios domingos, en algo que se denominó “Las galas salseras” y que lograron convocar a un buen número de público fuera de los bares, el natural escenario de esta música.

Por aquellos tiempos también empezaron a aparecer en diversos medios escritos, artículos en los que se hacía mención al fenomeno de las orquestas bogotanas, llegando algunos a afirmar que Bogotá se estaba convirtiendo en la nueva capital salsera, despojando de este título a Cali. Esto debido a que en “La Sucursal del cielo”, no parecían surgir nuevas propuestas musicales, distintas a Niche, Guayacán y Son de Cali- paradójicamente las dos primeras, nacidas en Bogotá.

Todo este revuelo tuvo su punta de lanza en la indiscutible consolidación de La 33 en el escenario salsero mundial, ya que esta orquesta nacida en las entrañas mismas del muy cachaco barrio Teusaquillo, alcanzó un éxito inusitado tras su primera grabación y logró salir del escenario de los bares capitalinos a las tarimas internacionales, convirtiéndose en todo un fenómeno tanto por su estilo musical, como en la forma en que fue consolidándose a nivel empresarial.

A estos hechos habría que añadir además la aparición de los blogs salseros, que por aquel tiempo surgieron sin un fin lucrativo, sino por el simple gusto de sus creadores, por difundir esto que estaba sucediendo y que para muchos salómanos era ya algo digno de narrarse. Cada fin de semana en Bogotá se presentaban en muy diversos escenarios,  algunas de las orquestas locales como la Real Charanga, Conmoción Orquesta, Salsamonte o el Sexteto Latino Moderno y en estas páginas se reseñaban estas presentaciones, se hablaba de los bares dedicados a la salsa y por supuesto también se hacía referencia al mundo de los bailarines. La radio también se involucró y además de las emisoras culturales, que históricamente han sido el único canal de fácil acceso para la música independiente, emisoras comerciales incluyeron dentro de su programación, algunos temas de esta joven salsa capitalina.







Todo el revuelo anterior tenía una motivación central, que es además la motivación de este escrito  y es el asunto de las orquestas bogotanas. Indudablemente la capital colombiana desde tiempos pasados había generado agrupaciones salseras, aparte de las ya mencionadas Niche y Guayacán. Recordamos a otras de menos renombre pero que lograron dejar huella como Washington y sus Latinos, Grupo Changó, Camagüey y Mamboré, casi todas lideradas e integradas por músicos provenientes de diversos rincones del país. Pero es a partir de la primera década del siglo XXI cuando  agrupaciones en las que los protagonistas son en su mayoria músicos bogotanos empiezan a irrumpir a en el ambiente.

Una primera oleada de agrupaciones fue integrada  entre otras por La 33, La Real Charanga, Conmoción Orquesta, La Banda y Calambuco, luego vino una segunda generación dentro de las que podríamos mencionar a Kimbawe, Salsamonte, La Bronx, y el Sexteto Latino Moderno. Hay que tener en cuenta también a orquestas como Yorubá y Kongas, que habían surgido en los 90 y que fue hasta la nueva década cuando iniciaron su carrera discográfica y a La Mambo Big Band y Palo pa’ Rumba, lideradas por músicos experimentados pero nacidas durante la primera década del siglo XXI.

Algunas de estas agrupaciones hicieron presencia en la mismísima “Capital Mundial de la salsa” y fue en junio de 2006 en el marco del Festival Salsa y Verano, cuando actuaron en Cali en un lapso de apenas 2 días la Bronx, la Real Charanga, la Conmoción y La 33, un hecho sin precendentes en la historia de la salsa capitalina y que parecía augurar un futuro enorme para las agrupaciones del altiplano. Artículos de prensa y páginas web daban cuenta de lo que parecía crecer día a día y muchos estudiantes universitarios dedicaron monografías, tesis e investigaciones a tratar de analizar el “Fenómeno de la salsa bogotana”. Así mismo además de Las giras mundiales de La 33, hubo incursiones internacionales por parte de Calambuco, Conmoción y el Sexteto Latino Moderno.







Desafortunadamente hoy mas de 5 años después, el panorama ha cambiado sustancialmente, son cada vez menos las producciones discográficas que se publican en Bogotá por parte de las orquestas salseras y aunque de 2004 para acá han aparecido casi 20 álbumes, en el año que acaba de cerrarse solamente se tuvo noticia del debur discográfico de Azul Trabuco. Por otra parte la presencia de orquestas bogotanas en escenarios de otras ciudades se redujo considerablemente y es solamente La 33 la que mantiene una constante actividad tanto dentro como fuera del pais. Habría que mencionar dentro de lo destacable de 2011, la presencia de la Conmoción en la ciudad brasileña de Niteroi como algo histórico, ya que es la primera orquesta de Bogotá que actua en el Brasil.

Paradójicamente cada vez aparecen nuevas orquestas y hoy en día podemos hablar de una nueva generación de agrupaciones bogotanas dentro de las que podemos mencionar a La Charanga Cósmica, Enclave Latino, La Q’ Manda, En Clave 80, Coco Blue, Ekuajey y Barakutanga. Ya varias de ellas han grabado sencillos y se mantienen en actividad de una forma relativamente constante en los sitios nocturnos, pero esto no ha impedido que día tras día la salsa hecha en la capital haya dejado de ser noticia, que cada vez sean menos los espacios para interpretarla, que en las emisoras comerciales ya no suene, que iniciativas como los “Jueves de salsa en vivo”, propuestos en diversos momentos por diversos estableciemientos nocturnos, no hayan logrado mantenerse y que las condiciones económicas para las orquestas sean cada vez menos favorables.

Esto no quiere decir que Bogotá haya dejado de ser salsera, pues artistas internacionales como Cano Estremera, Luisito Carrión, Bobby Valentín, Roberto Roena o Rubén Blades la han visitado en tiempos recientes. Así mismo los sitios tradicionales como Salomé Pagana, Quiebracanto, Galería Café Libo y Salsa Camará llevan ya varios lustros de actividad sorteando dificultades y en el sur otro tipo de establecimientos toman auge, aunque allí se  impulsa más la presencia de “excantantes”, que actúan con pista, que la de orquestas locales. El Festival Salsa al Parque llegó a su edición número 14 y paradójicamente es hoy en día cuando más presencia tienen las orquestas jovenes. Los bailarines por su parte se mantienen en constante actividad e incluso las representanciones bogotanas han alcanzado importantes figuraciones en concursos internacionales y por último hay también una nueva generación de blogs y páginas, aunque en ellos ya poca referencia se hace a las orquestas locales y es la salsa romántica proveniente de otras ciudades la que ocupa el lugar de privilegio. Excepción hay que hacer de nuestracosabogotana, un blog creado por el escritor e investigador Fernando España, y de salsabogota de Ricardo Ochoa,  el pionero de estos blogs, que al parecer son hoy en día el único canal virtual escrito que dedica espacio a la salsa de la capital.

¿Cuál será entonces el camino que deberán tomar las orquestas bogotanas para lograr consolidar un movimiento fuerte?.  ¿Cómo lograr que el público bogotano sienta como propias estas orquestas?, ¿Cómo hacer viable económicamente la actividad de las orquestas y lograr mejores condiciones para los músicos que las integran? ¿O será que el movimiento salsero bogotano fue una simple ilusión, que únicamente tuvo fuerza para lograr el repunte de una orquesta?. Quedan planteados estos interrogantes con la idea de abrir el debate, conocer opiniones, posiciones y estimular la búsqueda de posibles soluciones.




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