domingo, 11 de diciembre de 2011

ANALISIS - HITOS DE LA SALSA COLOMBIANA



Fernando España
Periodista y escritor
Miembro Salsa Global
Bogotá, Colombia

Resulta difícil enunciar cual podría ser el logro mayor de la salsa colombiana, y más cuando aún no se ha realizado una investigación sobre la materia. Por lo tanto, cualquier manifestación por el momento es subjetiva. Sin embargo, se podría arriesgar nominando algunos datos sobresalientes de la salsa “Made in Colombia”:

1. Los aportes de Eddie Martínez a la salsa y al jazz latino del mundo, en particular a Fania y al sonido neoyorquino, como arreglista, compositor, director de orquesta y pianista de diferentes agrupaciones y producciones discográficas, algunas alcanzando el Grammy como el álbum The Other Road de Ray Barreto. Sus palmares son extraordinarios, en especial, su labor con músicos como Tito Puente, Mongo Santamaría, Eddie Palmieri, Gato Barbieri, y el mencionado Barreto. Aunque en verdad, con sólo The Other Road -producido en 1973- bastaría para pasar a la historia.







2. La trayectoria de Joe Madrid en grandes bandas como Mongo Santamaría -¡Ah, esa Cumbia Típica!-, Andy Harlow y, sobre todo, su lugar como pianista en Machito y su Afrocubanos, la orquesta de música afrocubana más importante de la música latina, dirigida por Mario Bauzá, el “padre del jazz latino”. Madrid, además tocó en la orquesta de Santamaría que alternó en el concierto de agosto de 1973 en el Yankee Stadium de Nueva York, que es considerado cómo el "evento" histórico que sirvió de catapulta mundial a la salsa de Nueva York, y que también contó con la participación de colombiano, Justo Almario, relevante saxofonista con una excelente hoja de vida. Madrid también fue director musical, junto a Jimmy Salcedo, de la Colombia All Star, agrupación que reunió en 1976 -en Bogotá- a algunos de los mejores músicos "salseros" colombianos del momento. Pese a su fugaz existencia, la Colombia All Stars es un hito también.

3. La participación de Nelson Pinedo en tres agrupaciones de gran calado como fueron Cortijo y su Combo, Tito Rodríguez y su Orquesta, y en especial con la Sonora Matancera, conjunto en el que dejó grabado su canto en varios temas que son clásicos de las músicas cubana, colombiana, caribeña y salsa como Me voy pa´ La Habana, El Muñeco de la ciudad, Momposina, El Ermitaño, entre otras.

4. La fundación de Fruko y sus Tesos por parte de Julio Ernesto Estrada, músico que lideró la banda que puso oficialmente a Colombia en el mapa salsero con una manera distinta de ejecutar la música cubana y la salsa neoyorquina, además de aportar innovadores tratamientos rítmicos a la música bailable como el Joeson, creación polirrítmica de Joe Arroyo, talentoso “descubrimiento” del propio Fruko. Además, es importante mencionar el buen número de éxitos que catalogó para la salsa criolla, entre los que sobresale El Preso de Álvaro Velásquez, un estándar salsero.







5. La constitución del Grupo Niche por iniciativa de un grupo de músicos afrocolombianos encabezados por Alexis Lozano y Jairo Varela, quién terminaría siendo su líder, productor, conceptualizador y un compositor de notable inspiración. Un proyecto que surgió para tocar salsa reivindicando la musicalidad de la región pacifico y el sentimiento cultural, político y social del afrodescendiente colombiano. Numerosos son sus éxitos bailables, especialmente aquellos que ha dedicado a Cali, como Cali Pachanguero –"himno" de la ciudad y "soundtrack" de la película Salsa de Boaz Davidson-, Buenaventura y Caney –todo un “manifiesto” político- y Me Sabe a Perú, dedicado a un país donde actuó ante casi un millón de espectadores, record al que podría anexarse las 1756 presentaciones en los Estados Unidos -que superan a un buen número de agrupaciones latinoamericanas en cualquier género-, de las cuales 17 se han efectuado en el Madison Square Garden de Nueva York.

6. El Joe Arroyo, por su manera de cantar, de componer, por La Rebelión, por crear el Joeson, por “incluir” la cumbia en la salsa, por su carisma, por sus portadas en la Revista Rolling Stones, por el reconocimiento mundial a su genialidad. ¡Único! Su fallecimiento, lamentado por la nación colombiana, fue honrado por Barranquilla la ciudad que le tributó unas “multitudinarias” honras fúnebres como ningún otro artista compatriota ha “gozado” en el territorio patrio.

7. Temo que es el momento de valorar la obra, triunfos y pensamiento de Yuri Buenaventura, un músico serio, responsable y consciente con reconocimiento en Europa más que en América. Sin ofender su singular personalidad podría expresar que es cómo el "Rubén Blades colombiano" consecuencia de su formación personal, compromiso étnico - cultural y contenido socio político de sus canciones. Es un músico que goza de posicionamiento entre los organizadores de festivales de salsa, jazz y "World Music" del "Viejo Continente", a los que asiste rodeado de excelentes instrumentistas e interpretes del mundo. ¿Como no recordar su adaptación de Ne me quitte pas?  Ahora, comprometido con su litoral "hasta los tuétanos" con la organización en su ciudad natal del Festival Folclórico del Pacifico, cuna regional de los pioneros Nano Rodrigo y Peregoyo, el hombre del Combo Vacana.

8. Los diez años de existencia de la orquesta La 33, una agrupación bogotana que ha demostrado que en Colombia se pueden adelantar proyectos artísticos cooperativos contrariando el individualismo reinante en el medio. Durante está década contadas transformaciones ha sufrido en su nómina, donde luego de un largo periodo -en este 2011- se registra un cambio con la salida de Cipriano Rojas y el ingreso de Miguel Guerra, quién se estrena en Marejada Feliz, el tema de Tite Curet Alonso que es surco digital de la producción Sonó Sonó… Tite Curet!, junto a Calle 13, Rubén Blades, Cheo Feliciano, Andy Montañez, Roberto Roena, Tego Calderón y no sé sabe cuantos músicos puertorriqueños y continentales de “grandes ligas”. Un honor que contados grupos colombianos han escrito en su hoja de vida. Además, a La 33 se le abona -gracias a su aptitud mediática y moderna- el atraer hacia la salsa a una nueva generación de jóvenes de clase media. Su tema La pantera mambo -ya un clásico salsero- le abrió las puertas de América, Estados Unidos, Europa, países árabes, India y Japón, adonde asiste invitada anualmente ha animar bailes y conciertos. Su trabajo empresarial, autogestión y mercadeo es admirable y ejemplar.






9. El Sexteto Tabalá, “génesis del son colombiano”, fundado en los años treinta del siglo XX  en San Basilio de Palenque, permaneciendo aún vigente y posibilitando la construcción de una historia de la salsa colombiana acorde con las nuevas lecturas e interpretaciones intermultidisciplinarias de las músicas del mundo. Su “hallazgo” por parte de Lucas Silva hace más de una década fue extraordinario, gracias a Ocorá Radio France – Harmoni Mundi de Francia que en 1998 publicaron aquel disco antológico. En este item vale evocar a Michi Sarmiento, un músico de esta área - costera e interiorana- colombiana, eslabón en ese legado, miembro de este linaje y precursor en la Cartagena de Indias de los sesenta de la salsa criolla. Aunque en realidad, Sarmiento por el sólo es paradigma así como su antecesor Roberto de la Barrera y todas aquellas agrupaciones del formato sonora -a imitación de la Sonora Matancera- que surgieron en los cincuenta en Barranquilla, Cartagena, Cali y Medellín, como las dirigidas por Lucho Bermúdez, Edmundo Arias y Pedro Laza y con algunas de las cuales grabaron cantantes como Daniel Santos y Bienvenido Granda.

10. Una nominación en este recorrido merece Héctor Martigñon, quién como Justo Almario pertenece más al capítulo del jazz latino, sin embargo su nombre "aparece ya registrado en el libro de la salsa que está por escribirse bajo una nueva observancia del fenómeno salsero. Martigñon es un destacado pianista bogotano que ha tocado para Ray Barreto, la Descarga Borícua, Conexión Latina e Irazú, agrupaciones del mundo que oscilan entre la salsa y el jazz latino . Se debe tener en cuenta, tanto su nombre como su trayectoria, como un nuevo hito.

Ahí quedan para la ilustración, el debate y el enriquecimiento estos hitos de la salsa colombiana, a los que podríamos agregar otros extramusicales -pero fundamentales para la cultura y su fenomenología- como los salsólogos nacionales con sus maravillosas contribuciones al enciclopedismo salsero, los coleccionistas de acetatos que han ayudado a preservar la memoria discográfica de la salsa, el estilo de baile caleño -con sus “campeones mundiales”- fundamental en el empoderamiento social de una ciudad económicamente alicaída, la misma Cali como “capital mundial de la salsa” siendo referente de industria cultural en la actualidad y hasta los mismos públicos de las distintas ciudades qué con su fervor han ayudado a preservar la salsa, como lo destacan estrellas salseras que encuentran en Colombia a un mercado estable para su promoción y actuaciones.